El baile que se hizo viral

Nos situamos en la final de la Super Bowl de 2020. Jennifer López y Shakira nos ofrecen un maravilloso espectáculo en vivo hecho para el evento deportivo y junto con él un reto en forma de hashtag: #JLoTikTokChallenge. ¿Cuál era? Sencillo, hacer una parte del baile que hicieron en el espectáculo. ¿El resultado? 414 millones de visualizaciones de la etiqueta solo en TikTok. ¿La razón? Eso es lo que veremos.

Características en común


Nos es de gran interés saber qué tipo de características tienen en común aquellos que participaron en el reto para así poder entender un poco más cómo se hizo real esta viralización. 
Para empezar, Jennifer López y Shakira. Ambas son personas famosas y, por ende, de una gran influencia tanto mediática como social. Son personas carismáticas, las cuales generan un contenido atractivo y divertido. 
Por otra parte, tenemos a los receptores del reto, los cuales comparten dos características: son humanos y tienen un mínimo interés por el contenido que las dos emisoras pueden aportar. La primera característica no es para nada trivial, porque de ella se pueden sacar muchas similitudes, entre ellas que los receptores del mensaje son homofílicos (tendemos a relacionarnos con nuestros semejantes), tienen la tendencia de compartir principalmente el contenido que viene dado por amigos y que sea de sus mismos intereses y todos tienen tanto una red de contactos como una capacidad de manejo y asimilación de la información limitadas, lo que les lleva a centrarse solo en aquella pequeña cantidad de información con la que coincidan en valores y creencias, y la más importante de todas, que son seres altamente sociables. 
De la segunda característica se pueden sacar otras tantas, pero la más relevante sin duda es que el rango de edad abarca más o menos desde los 14 a los 55 años (el mismo rango de edad en el que se sitúa la mayoría de los usuarios de las redes sociales, para sorpresa de nadie).

Ya pero... ¿por qué se hizo viral?


Ahora vamos a ello, tranquilidad. Una vez vistas las características del grupo seguro que ya te vas haciendo una idea de la razón de la viralización. Tenemos ya de entrada un mensaje que, de manera directa llega a mucha gente, dado que se hizo en uno de los eventos deportivos más vistos del mundo y fue protagonizado por, como ya hemos comentado, dos personas que ya de por sí llegan a mucha gente, abarcando un rango de edad enorme. Tenemos entonces un grupo de gente que, tanto por ver la Super Bowl como por ser seguidor de Jennifer López en TikTok, recibió el reto, vio el espectáculo, o ambas. Sin embargo, esta cantidad, en comparación al dato de las 414 millones de visualizaciones, no es tan elevada. En otras palabras, la mayoría de las visualizaciones no fueron obra de la difusión directa. Entonces, ¿por qué fue? La razón es sencilla, por los contactos que tenían cada una de las personas a las que les llegó el reto. Dado que nos llegan las noticias principalmente por nuestros contactos, y son esas las que seguimos y difundimos, la viralización vino porque los amigos, familiares y, en esencia, gente cercana de aquellos que se animaron al reto por propia iniciativa (parte de la minoría activa de internet) se animaron también a seguir el reto. Cada cual tendría su razón, pero probablemente hubiera sido o bien por la diversión en sí misma para luego comentarlo con los amigos y cercanos, o bien por esa fuerte necesidad de pertenencia a un grupo que tiene el ser humano. O, probablemente, por las dos y, en función de la persona, cada cual en distinta medida. 

Un elemento clave de esta viralización fue la naturaleza del mensaje o del reto. Se trató de un mensaje bidireccional (es decir, animaba a la gente a participar, al contrario de los mensajes unidireccionales que solemos ver con normalidad en la prensa), atractivo y estimulante, que concordaba con los intereses de una enorme cantidad de gente. No es algo inmediato de ver, pero el baile y el deseo de pasarlo bien en general es un elemento más unificador que separador, capaz de saltar las barreras y los roces que se generan por la política o por las ideologías. Es por todo esto que mucha gente normalmente pasiva en internet (que no aporta nada, solo consume contenido, siendo este grupo la inmensa mayoría) paso a tener una actitud activa momentánea, haciendo que ese baile junto con el reto adquiriera una extensión mediática muchísimo mayor a la usual. 

Por supuesto, también tenemos ese grupo de personas que, aunque en menor medida, compartió el espectáculo en sí y que entre ellos y sus contactos aportaron también al fenómeno, siguiendo la misma lógica que los que se animaron al reto. 

¿Por qué no se limitó a TikTok?


El hashtag no se limitó solo a la red social de origen, sino que saltó a otras como Twitter, Facebook y Youtube. La razón de esto es bastante intuitiva y radica en la interconectividad existente entre las mismas mediante los usuarios. Como concepto general, no hay acontecimiento que se genere de manera aislada. Todo tiene un contexto o un entorno, y aunque sea mínimo y en ocasiones despreciable, no es nulo. Las redes sociales son uno de esos ejemplos en los que el entorno juega un papel vital a la hora de explicar los acontecimientos. Son en esencia grupos de gente con intereses en común hablando entre sí, que a su vez están interconectados entre ellos (no son grupos aislados, existe una conexión entre ellos, aunque sea para discutir y confrontar ideas opuestas). Y, dado que las personas que lo conforman, o bien no se limitan solo a una red social o bien mantienen alguna relación con personas que usan otra red social o una mezcla de las existentes, lo raro hubiera sido que existiendo esta diversidad y esta interconexión el acontecimiento se hubiera limitado solo a una única fuente. Todo esto sin tener en cuenta que otras celebridades como la cantante Edurne, la actriz Sara Sálamo o las cantantes y actrices Greeicy y Tini Stoessel también se sumaron al reto en Instagram, no solo dando más visibilidad al reto sino también extendiéndolo en mayor medida a otras redes sociales. 

Cuando algo pasa para alguien, pasa para todos


Bueno, tal vez no sea tan exagerado, pero la realidad es clara: nunca antes habíamos vivido más interconectados. El fenómeno de las redes sociales ha sido el mayor boom del siglo XXI. Vivimos en un mundo hiperconectado y globalizado, con una cantidad vertiginosa de usuarios en internet, y con unas expectativas de crecimiento asombrosas. Sin embargo, junto con una gran cantidad de ventajas aparecen una serie de problemas asociados. Hay mucha gente que, a pesar de tener muchos amigos en redes sociales, se siente sola. La calidad de las relaciones humanas está, en ciertos aspectos, desapareciendo por la virtualización de los usuarios. No va a ser un tema que tratemos en este post, pero se trata de uno realmente interesante, así que lanzo la pregunta: ¿está esta hiperconectividad siendo perjudicial para las relaciones humanas? ¿qué futuro nos depara este fenómeno de conexión sin precedentes?

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