Googleado

Si te pido que busques información sobre los diferentes usos del limón, ¿qué es lo primero que harías? ¿Y si te pido que me des indicaciones para montar mi propia página web? Seguro que tu respuesta ha sido la misma en ambos casos: lo buscaría en Google. Este motor de búsqueda es, con diferencia, el más utilizado de todos, y forma tan parte de nuestra vida diaria que ni tan siquiera nos preguntamos qué es, ni de dónde sale, ni por qué es capaz de procesar una búsqueda de millones de páginas web en menos de un segundo y, encima, mostrándotelas en un orden concreto (por el de relevancia, para ser exactos). ¿He captado tu interés? Pues no lo busques en Google, que ya te lo explico yo aquí.

 

Cómo pasar de un garaje a dominar internet

La historia de Google comienza en 1995. Nos situamos en la Universidad de Stanford. Larry Page estaba evaluando si estudiar o no un posgrado en esa universidad y Sergey Brin, un estudiante de la misma, tenía una misión: mostrarle la institución. Este primer encuentro, aunque por aquel entonces no lo supieran, marcaría un antes y un después. Al año siguiente montaron una asociación. Comenzaron a trabajar, desde uno de sus dormitorios universitarios, en BackRub, el motor de búsqueda que pretendía ordenar las páginas de la web por orden de importancia. En definitiva, tenía el objetivo de organizar la información del mundo virtual, dando con ello utilidad y accesibilidad al mundo. Al poco tiempo, pasó de llamarse BackRub a llamarse Google (inspirándose en la expresión matemática del 1 con 100 ceros seguidos, el googol), un número que reflejaba a la perfección aquello a lo que ambicionaba el proyecto. 

En agosto del 96 vemos salir a la luz la primera versión bajo una URL propiedad de la Universidad de Stanford. El proyecto era enorme, tanto que utilizaba casi la mitad del ancho de banda de la universidad. Sin embargo, no tardaron demasiado en registrar su propio dominio (google.com) en septiembre del 97. Este hecho hace que el interés por Google ya no se centrase solo entre los investigadores. Empresarios e inversores ponían el ojo en esta promesa. Tanto que en agosto de 1998 recibieron un cheque por parte de Andy Bechtolsheim por valor de 100.000 dólares. Gracias a esta inversión pudieron pasar su "oficina" de la habitación universitaria a un garaje en los suburbios de Menlo Park, California. Para finales de este año el buscador contenía 60 mill. de páginas y, aunque sus fundadores consideraran que estaba todavía en fase de prueba, competía ya con los mejores buscadores del momento (Yahoo, MSN, AOL...).

En los años siguientes la empresa se expandió con un ritmo increíble. Comenzaron a contratar ingenieros y crearon un equipo de ventas. El garaje se les quedó pequeño y en 1999 se trasladaron a las todavía hoy oficinas centrales en Mountain View, California (estas oficinas se llaman Googleplex, en referencia a un número aún más grande que el googol, el googolplex, 10 elevado a la googols, para ser exactos).

En agosto de 2004 Google salió a la bolsa, punto a partir del cual inversores de todo el mundo podían ser parte de esta descomunal empresa. A día de hoy, los fundadores conservan el 14% de las acciones y controlan más de la mitad del poder de voto.  Después de esa salida, Google creció muy rápido. Comenzó a comprar otras compañías y a desarrollas más servicios (correo electrónico, redes sociales, aplcaciones...)

 

A día de hoy se trata de una de las mayores compañías del mundo, parte del conglomerado de empresas Alphabet, dirigido por uno de los fundadores Larry Page. Google goza de tener 60.000 empleados y oficinas en 50 países. Gestiona una buena cantidad de plataformas y aplicaciones, entre las que se encuentran Youtube, Gmail, Google Drive, Android, Chrome... 

Y...¿cómo funciona el buscador?

Tal vez te haya parecido que todo esto está muy bien, pero te has quedado con ganas de saber cómo diantres hicieron para organizar tantos millones de páginas en tan poco tiempo. La herramienta que permite hacer esto realidad no es uno, sino una serie de algoritmos informáticos que procesan la información y la ordenan de la manera en la que queremos que se muestre. Lo que hacen los algoritmos se resume en los siguientes cuatro pasos.

1. Analizar las palabras que ha introducido el usuario: Gracias a modelos de idiomas se averigua qué cadenas de palabras buscar. Estos modelos incluyen errores ortográficos e interpretación de lo que se intenta expresar. En definitiva, el primer paso es analizar la frase e interpretar lo que el usuario quiere buscar. 

2. Buscar las coincidencias: Una vez analizada la frase, se buscan las páginas que coincidan con la búsqueda, teniendo en cuenta factores como la frecuencia con la que se repiten las palabras y el lugar donde se encuentran (títulos, encabezados...) 

3. Mejora del posicionamiento de las páginas útiles: Tras buscar las coincidencias, el resultado son millones de páginas web. Es necesario ordenarlas en función de su utilidad y relevancia. Para ello, los algoritmos tienen en cuenta distintos factores como la fecha de publicación, la calidad de experiencia del usuario en la página, el número de veces que aparecen los términos en la página o si la página tiene enlaces a otras páginas web.

4. Devolución de los mejores resultados: Antes de mostrar la información, los algoritmos analizan el resultante de los filtros anteriormente aplicados y examinan toda la información en su conjunto. Para ello se analiza la diversidad de los temas, los tiempos de carga de las páginas o si la información es correctamente accesible a todos los usuarios. 

5. Tener en cuenta el contexto: Para finalizar, se aplica los últimos filtros, que son el de la ubicación, el historial de búsqueda y la configuración de las búsquedas. Esto ayuda a ordenar los resultados obtenidos en función de otros tipos de relevancias.

Lo más sorprendente de todo es que la compañía tiene unos algoritmos tan eficaces y una infraestructura tan grande que habilitan el hacer la búsqueda en unas pocas décimas de segundo. Piensa en la cantidad de gente que habrá ahora mismo haciendo una búsqueda. Sencillamente increíble.