Ozzy, de buena te libraste...

El 20 de enero de 1982 Ozzy Osbourne sorprendió al público una vez más, pero esta vez no mediante la música. Fue en esa fecha cuando Ozzy hizo una de las acciones más icónicas de su carrera: morder (por error) la cabeza de un murciélago. Por suerte para él, no pasó nada más allá del susto. Pero, ¿qué le podría haber pasado a esta leyenda del rock?¿A qué posibles peligros se expuso?

Un almacén patogénico

Los murciélagos almacenan, sin ser infectados por ellos, una enorme cantidad de agentes patógenos, muchos de los cuales son capaces de dar el salto interespecie y contagiar a los humanos. Se conocen ya cerca de 11.000 tipos de virus en estos ratoncitos voladores, entre los que destacan la rabia, el ébola y cómo no el SARS-Cov-2. Vamos, que Ozzy se libró de una buena.

¿Cómo sobreviven?

Hemos dicho que los murciélagos son portadores de muchos agentes causantes de enfermedades serias, pero que no sufren de una sintomatología asociada a las mismas. ¿Por qué no se infectan? Lo primero que hay que pensar es que un murciélago no es un humano. Por lo tanto, el entorno al que se ve sometido el agente patógeno es distinto, haciendo que tenga otro tipo de actividad que se traduce en una ausencia de síntomas. Para ser más exactos, se cree que es debido al rápido metabolismo que tienen, la cual hace que se mantenga una vigilancia inmunológica muy activa. En definitiva, tienen hiperactividad inmunitaria. Este superpoder, que hace que sean superiores en tolerancia a los virus con respecto a otros mamíferos, pudo haber nacido de las modificaciones genéticas que hicieron que el murciélago fuera capaz de volar. Estas adaptaciones evolutivas pudieron haber modificado su sistema inmunitario hasta ser el que conocemos hoy día. 

En comparación el almacén no es tan grande

Aunque estos datos te parezcan increíbles, si hacemos una comparativa con la cantidad de patógenos que almacenan otras especies te sorprenderás al saber que las cantidades son más o menos las mismas, o al menos eso piensan algunos investigadores. Afirman que los murciélagos no albergan una mayor cantidad de virus con potencial zoonótico. Es decir, la cantidad de virus que pueden pasar de animales a humanos no se concentran especialmente en estos animales. No se tratan de reservorios especiales. Esto quiere decir que podemos encontrar virus peligrosos para nosotros tanto en murciélagos como en roedores o aves, distribuidos de manera uniforme. 

El murciélago no tiene la culpa

Aunque la respuesta fácil a todo lo que te he contado sea cogerlo un odio increíble al murciélago y acusarle de muchas de las enfermedades que hay en el mundo, en realidad no es lo más racional que se puede hacer. Lo primero, por una cuestión ética. ¿Qué culpa tiene el murciélago de que la naturaleza haya hecho que sea así? Lo segundo, por una cuestión práctica. Los murciélagos tienen un aporte increíble no solo en los ecosistemas que habitan sino también en el bienestar humano. Pueden comer entre 600 y 1200 mosquitos la hora en una sola noche. Son unos seres increíblemente eficaces a la hora de mantener las plagas de insectos que asolan los cultivos a raya. Si no quieres infectarte con las enfermedades que propagan, no comas murciélago. Ellos no te atacarán a ti. ¿Sencillo, verdad? Pues parece ser que Ozzy no lo tenía tan claro. 

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Fuentes para el reportaje

Jóvenes y drogas: guion de una entrevista

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