Errores de la mente: kids edition
Aunque mucha gente pueda pensar que es muy racional y que tiene una mente increíble, lo cierto es que no es así. El funcionamiento mental trae "errores comunes" de base. Y lo entrecomillo porque, a pesar de ser interpretaciones erróneas de la realidad que, en más de una ocasión nos pueden generar problemas, también son heurísticos que nos han aumentado a lo largo de los años nuestras probabilidades de supervivencia como especie. ¿No te pensarías que la selección natural iba a propiciar estos errores así por las buenas, verdad? Llamamos a estos atajos equivocados sesgos cognitivos. Es curioso que, estando estos tan arraigados en la mente, seamos capaces de identificarlos y de incluso corregirlos. Algo tan inherentemente relacionado con las personas debería enseñarse desde pequeños, no solo por el deber moral de enseñar, sino también por la practicidad que trae el hecho de enseñar esto: hacer que los niños aprendan humildad. Que sepan que equivocarse es algo incluso mucho más humano de lo que pensábamos. Pero, ¿cómo enseñar a los niños a identificar sesgos cognitivos? Pues de la mejor manera en la que se le puede enseñar a un niño: jugando. El juego de identificación de estos errores consistiría en plantear situaciones en las que va a participar un sesgo de manera clara. Luego, ver cómo los niños caen en ese sesgo y, posteriormente, corregirles. Por poner un ejemplo, tenemos el sesgo de negatividad, y es que le damos más importancia a lo malo que a lo bueno. Para ilustrarlo, se podría plantear la siguiente historia: "Marco se lo ha pasado muy bien en su excursión al monte. Ha visto muchos animales y se lo ha pasado genial con sus amigos. Sin embargo, al llegar a casa, su madre le ha castigado por no haber recogido la habitación y Marco se ha enfadado. ¿Ha tenido Marco un buen día?" Lo esperable es que la respuesta general sea no, a lo que hay que contestar con una explicación que contraste la mala experiencia con la buena que, en el peor de los casos, nos dará un resultado neutro dado que una experiencia compensa, de manera racional, la otra.
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