Cultura y evolución

Seguro que no es la primera vez que escuchas que vivimos en una sociedad antinatural, en la que hemos generado ciertas inercias que van en contra de nuestras tendencias naturales. Por ejemplo, tenemos construido un sistema en el que las jornadas laborales van en contra de nuestro propio bienestar, dado que, en muchas ocasiones, metemos demasiado estrés al cuerpo tanto por la presión del propio trabajo como por las características de las propias jornadas laborales, que pueden ser tanto largas como con horarios cambiados. Esto último perjudica gravemente nuestro sueño. ¿Sin embargo, significa esto que la cultura y la evolución biológica van por separado? 

Lejos de meternos en un debate filosófico que relacione materialismo/determinismo con evolución biológica y se diga a su vez que esta es la única causa directa de la cultura, vamos a tomar una visión más práctica y menos reduccionista: la separación ad hoc entre cultura y evolución biológica. Teniendo este marco de trabajo, vamos a definir los dos aspectos básicos del humano, fruto de millones de años de evolución: la razón y la sociabilidad

El ser humano es un ser altamente racional, y esta ha sido una característica determinante en el transcurso de la historia y de, por supuesto, la cultura. Desde las reflexiones y tratados religiosos hasta los científicos, vemos cómo la razón ha calado hasta los huesos hasta el último rincón de la sociedad definiendo a su vez, como es obvio, la cultura. Ha habido una gran cantidad de culturas en distintas partes y tiempos del planeta, pero todas ellas han sido caracterizadas y guiadas por esta característica. 

Tenemos, a su vez, la segunda característica principal del ser humano, que es el hecho de que se trata de un ser hipersociable. Esto determina, en efecto, cómo se organizan las sociedades. En esta característica se fundamentan tanto la cooperación como las jerarquizaciones. ¿Te vienen a la cabeza ejemplos? Por supuesto, este aserto abarca desde familias hasta empresas. Incluye una enorme cantidad de comportamientos y explica también el por qué a veces nuestra actitud va en contra del funcionamiento del propio cuerpo: buscamos pertenecer al grupo y, a su vez, una posición de poder e influencia en el mismo. Por eso hay gente que trabaja hasta las tantas aún a costa de su propia salud. 

Como vemos, la evolución biológica influye de sobremanera en la cultura pero, ¿y al revés?¿puede la cultura influir en nuestra evolución? Para que se de la selección natural una especie tiene que tener la necesidad de adaptarse al entorno, y mientras los más adaptados sobreviven, los peor adaptados perecen. Esto no se puede dar en una forma de vida hegemónica, más allá de las pequeñas variaciones que se dan en grupos poblacionales reducidos, como aquellos que viven en zonas de gran altitud y han desarrollado un cuerpo con mejor capacidad de absorción de oxígeno, por ejemplo. Sin embargo, existe una segunda posibilidad, que ha dado mucho juego en la ciencia ficción: la selección artificial. Elegir a aquellos individuos que mejor genética tienen o bien extender la modificación genética en la sociedad. ¿Será este un posible futuro para la humanidad? 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Fuentes para el reportaje

Jóvenes y drogas: guion de una entrevista

Googleado