Pensar sin palabrar

Planteaba Wittgenstein en su Tractatus logico-philosophicus que "los límites del mi lenguaje son los límites de mi mundo". Hagamos un pequeño experimento mental en base a esta frase. Suponiendo que el lenguaje son las palabras (no vamos a complicar mucho el asunto tampoco porque nos metemos en un berenjenal en el que no nos queremos meter), ¿qué podríamos pensar si de repente desaparece? Hay una gran cantidad de cosas que podemos pensar, esencialmente todo aquello relacionado con las experiencias sensoriales. Es decir, podemos crear y recrear imágenes, sonidos, olores y sensaciones del tacto. Lo que no podríamos hacer es asignar a cada una de estas experiencias una palabra o conjunto de palabras. Un ejemplo de este tipo de pensamiento sería el que tienen los niños. Antes de aprender a comunicarse, antes de interiorizar las bases del lenguaje ¿dirías que no son capaces de pensar? Por supuesto que lo son, solo que se trata de un pensamiento como el que hemos explicado, carente de lenguaje. Sin embargo, ¿podemos vivir en sociedad sin el lenguaje?¿podemos elaborar planes de acción y transmitirlos a los congéneres? La respuesta es que no. Lo primero, hay que resaltar el hecho de que el lenguaje es algo puramente humano. Es tan parte de nosotros como lo es el pensar. Siendo esto así, es muy difícil imaginar una sociedad en la que el lenguaje no está presente. Aún así, si nos imaginamos un mundo en el que no existe, no tendríamos mucho que transmitir. Es cierto que podríamos adoptar los métodos comunicativos de otras especies, como la comunicación mediante sonidos que tienen algunos monos. Sin embargo, esto nos llevaría a una sociedad limitada a los pocos conceptos que se podrían transmitir de esta manera. Olvídate de explicar ideas abstractas de manera efectiva. Olvídate también de que que las ideas sobrevivan al paso de los años. ¿Por qué? Porque no habría escritura. No hay que olvidar que el lenguaje nació con el objetivo de llenar una necesidad comunicativa. Sin el lenguaje, esa necesidad comunicativa volvería a aparecer y, de manera inevitable, toda capacidad que le da el lenguaje al humano desaparecería con él. Ahora bien, me puedes plantear la siguiente cuestión: ¿no hay nada que pueda sustituir al lenguaje? En referencia a lo interiorizado que tiene el ser humano esta herramienta, te respondo con otra pregunta: ¿eres capaz de pensar en algo que pueda hacerlo? 

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