Relatividad mental

A mediados del siglo XX. las terapias racionales aparecieron para quedarse. Vino, con ellas, la sustitución del psicoanálisis freudiano. Estas terapias se basan en trabajar sobre el pensamiento consciente para solucionar problemas psicológicos tales como la ansiedad o la depresión. En muchísimas ocasiones, el malestar psicológico viene a raíz de un conjunto de pensamientos equivocados acerca de cómo es o debería ser el mundo. Tal es el caso que nos traía Rafael Santandreu al explicar la historia de Jordi, un caso de un joven de 14 años que había llegado a la consulta con su madre porque se había intentado suicidar cortándose las venas en la bañera. El psicólogo, al preguntarle por su intento de suicidio, este le contesto que fue a raíz de haber suspendido tres asignaturas en la evaluación escolar. Claro, esto dejó a Rafael perplejo, a lo que le contesto a ver si no opinaba que era demasiado intentar suicidarse por haber suspendido tres asignaturas. A lo que Jordi le contestó que no, que había más. Le dijo que eran asignaturas que se le podrían complicar, que existía la posibilidad de que volviera a suspenderlas. En ese caso, tendría que repetir curso. A lo cual Rafael contesto que bueno, que tampoco era para tanto. Jordi se apresuró a decir que no, que aún había más. Si suspendía y repetía curso, no estaría con sus compañeros de clase y que sería una vergüenza. El problema, según Jordi, venia por el hecho de que, ante tal humillación por tener que repetir, igual le entraba depresión y volvía a suspender. En ese caso, le expulsarían del colegio porque había una norma en el mismo, y era que solo se podía repetir curso una vez. Y que eso sí que no lo podría aguantar. No se podía imaginar siendo el paria de la familia. Venía de una familia adinerada, y en ella sería el único que no había ido a la universidad. No solo eso, tendría que acabar en algún trabajo insatisfactorio, cobrando una miseria a cambio de un montón de horas dedicadas a la jornada laboral. Y, para colmo, lo que sí seguro que no podría aguantar: ante tal situación, jamás tendría novia. ¿Quién querría estar con un fracaso como él? Rafael le dijo que si él pensara igual también andaría fatal. Se encontraba ante un caso de verdadera angustia emocional creada en base a un pensamiento completamente irracional. Con ciertas sesiones de terapia Rafael fue argumentándole a Jordi por qué su pensamiento eran exageraciones de la realidad, irreales y que no ayudaban a solucionar nada. A base de trabajar en su pensamiento, Jordi cambió y mejoró sustancialmente. 

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Fuentes para el reportaje

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