Clima del pasado para el presente

George Santayana dijo una vez: Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo. Vivimos una época que podría ser la última del ser humano. La amenaza del cambio climático pone en jaque la existencia de la vida en el planeta. Es de suma importancia combatirla y salvar el lugar en el que vivimos y a nosotros mismos. Dentro de esta lucha, es imprescindible saber lo que ocurrió en el pasado con el clima. De esta manera, seremos capaces de establecer nexos causales mejores entre distintos factores (como entre la concentración de un determinado gas y el aumento de la temperatura, entre muchos) para así no solo predecir el clima, sino también evitar los factores que nos lleven a desaparecer. El estudio del pasado nos ayuda a entender mejor el presente. Es precisamente en esta línea en la que actúa la paleoclimatología, ya que se trata de la rama del conocimiento dedicada al estudio de las características climáticas de la Tierra a lo largo de su historia. Como es de esperar, cuenta con muchas herramientas para hacer reconstrucciones del clima del pasado, pero hoy nos vamos a centrar en una: la dendroclimatología, es decir, el estudio del clima del pasado en base a las características de los anillos de crecimiento de los árboles

Pero, ¿qué tendrán que ver los anillos de los árboles con el clima? El estudio de los mismos nos proporciona una serie de características que nos aportan mucha información valiosa acerca del pasado del árbol. 



Los árboles, a medida que crecen, ensanchan su tronco. Cada año se le añade un anillo (por lo tanto, también podemos saber la edad del árbol), y sus características van a depender de cuáles eran las circunstancias en las que creció el árbol. Si las condiciones climáticas eran favorables (temperatura adecuada, buena cantidad de luz, hidratación apropiada...) la anchura del anillo será mayor que en el caso de haber tenido circunstancias adversas. 

A pesar de ser una técnica de estudio importante y precisa (no existe árbol que no dependa del clima para crecer) para saber cual era el clima en el pasado, no es una tarea sencilla, porque hay que saber qué árboles elegir y aislar los factores climatológicos del resto. Por otra parte, nos limitan el tiempo del pasado al que podemos llegar (no existen árboles de 10.000 años de antigüedad, por ejemplo). 

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