De árido a boscoso: el proyecto chino

¿Los ecosistemas tienen un valor?¿Y el aire que respiramos?¿Se le puede poner precio a un parque natural? Estoy seguro de que tu respuesta ha sido que, efectivamente tienen un valor y que por lo tanto, se les puede poner un precio. Bien, pues es esa realidad precisamente en la que se basa el Pago por Servicios Ambientales (PSA). Se le pone precio a los recursos naturales y se les paga incentivos a aquellas comunidades o individuos que manejen o sean propietarios de tierras, a cambio de proporcionar algún servicio ecológico. Así, se le atribuyen a los recursos naturales un valor de mercado y  se promueve su conservación. 

Un buen ejemplo de ello es el programa Grain for Green. Iniciado por el gobierno chino en 1999, fue diseñado con el objetivo de prevenir las inundaciones y la erosión del suelo en zonas vulnerables, como la provincia Shanxi. Un ambicioso programa de conservación con un presupuesto de más de 40 mil millones de dólares americanos que, a base de pagar a agricultores para que planten árboles en sus tierras, ha hecho que la vegetación vuelva a crecer en millones de hectáreas antes clasificadas como áridas. Esto ha traído no solo una serie de beneficios a los habitantes de las zonas replantadas (como el cese de las inundaciones), sino también a los habitantes del mundo. La reforestación es una acción que ayuda mucho en la lucha contra el cambio climático y en la recuperación de la biodiversidad. Donde antes no había nada ahora hay árboles, bosques donde distintas especies se pueden establecer. Lugares con una alta capacidad de absorber y almacenar carbono. Y, junto con todo esto, el ejemplo de que grandes proyectos a favor del medioambiente son posibles y beneficiosos.

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