Destrucción de la biodiversidad

Entendemos biodiversidad como la variedad de organismos vivos de cualquier fuente. El ser humano depende de los ecosistemas para sobrevivir, dado que proporcionan recursos necesarios (de manera directa o indirecta) para que efectúe con éxito las distintas actividades. Una amenaza a la biodiversidad supone también una amenaza a los seres humanos. A día de hoy son cuatro las principales amenazas para la biodiversidad: la pérdida de hábitat y fragmentación, la sobreexplotación, la introducción de especies invasoras y el cambio climático. 

A pesar de que todas tienen un impacto enorme en la conservación de los ecosistemas, la pérdida de hábitat es de especial interés, dado que es la principal causa de la pérdida de la biodiversidad. Los humanos, a medida que aumentamos en populación y cantidad de actividades, necesitamos más recursos y terreno para poder llevarlas a cabo. Así, transformamos selvas, bosques, manglares y un largo etc en construcciones que nos lleven a la garantía de que nuestra forma de vida va a estar asegurada, como construyendo en esos lugares carreteras, campos agrícolas, granjas o fábricas, entre otras cosas. La pérdida de hábitat trae consigo una serie de consecuencias, entre las que se encuentran la propia destrucción de los ecosistemas, la llegada de especies a las ciudades con los conflictos que ello trae (ejemplo de ello tenemos a los tigres en lugares poblados de la India) y la aceleración del cambio climático

La ironía de todo esto tiene que ver con lo que hemos visto al principio. La pérdida de biodiversidad trae efectos altamente perjudiciales para el ser humano. La conservación de la biodiversidad no se basa solo en una cuestión puramente moral (que también es de suma importancia). ¿Vamos por lo económico? La pérdida de biodiversidad supone una pérdida de 140 billones de dólares anuales. Por otro lado, está la pérdida de recursos naturales que ejercen una labor muy importante (como la regulación climática, la provisión de recursos...) en la determinación de nuestra calidad de vida. El planeta en el que vivimos es habitable por un perfecto equilibrio entre seres y entorno. Si rompemos ese equilibrio, llegará un momento en el que no nos quede nada. Es una necedad increíble creer, en un alarde de egolatría, que el ser humano está por encima o incluso que es independiente del entorno en el que vive. Está claro que en el camino del cambio la humildad es un elemento esencial. 

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