La humanidad, a unos pocos grados de la extinción

La humanidad, a unos pocos grados de la extinción

El aumento de la temperatura media del planeta, ocasionado por la actividad humana, supondría a partir de cierto límite una serie de consecuencias equiparables a las de una extinción masiva. Desde la comunidad científica se apremia a tomar acción cuanto antes para evitarlo. 

Si tuviéramos que ponerle una fecha al comienzo de la crisis climática, hay una para la que hay consenso: La Primera Revolución Industrial. El comienzo de la quema de carbón para alimentar los motores de vapor fue el pistoletazo de salida que marcaría la tendencia que ha llevado la humanidad desde 1760. La de consumir, por norma general, combustibles fósiles para satisfacer sus necesidades. La combustión de estas fuentes de energía y otro tipo de actividades, en menor proporción, trajo consigo la emisión de gases de efecto invernadero a la atmosfera. Estos gases se acumulan y actúan como una capa que no deja salir al espacio exterior una parte cada vez mayor del calor emitido por la Tierra tras ser calentada por el sol. 

Todavía hay quien sostiene que el cambio climático no lo hemos causado nosotros, que tiene un origen natural, como los cambios acontecidos en el pasado. Los defensores de esta postura nos señalan las glaciaciones. Sin embargo, la evidencia científica va en contra de ello. El ritmo al que se está calentando el planeta es uno nunca antes visto, incompatible con los ritmos a los que se dan los cambios climáticos de origen natural. El estudio de los cambios en la actividad solar  también nos dice que este no es el causante del calentamiento global que estamos viviendo. Existe un amplio consenso científico en que somos nosotros los causantes de la situación, de que hemos roto el equilibrio natural de absorción y emisión de gases.

Las consecuencias de permitir que la situación continúe de la manera en la que lo está haciendo son variadas, entre las que se encuentran una enorme pérdida de la biodiversidad, la subida del nivel del mar, pérdidas económicas que ya se estiman en billones de dólares anuales, escasez de recursos, hambrunas, migraciones masivas, aumento de la propagación de plagas y enfermedades y eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes. Todo esto supone el riesgo de una extinción masiva, la conocida como antropoceno

El último informe del IPCC no deja lugar a dudas. Tenemos que tomar acción inmediata. Si queremos tener alguna oportunidad, debemos reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero entre un 52 y un 76% para evitar la temperatura media del planeta suba más de 1,5º. Está en nuestras manos, y depende de lo que hagamos como especie nos deparará un buen o un mal futuro. Las acciones que se vayan a tomar en las siguientes décadas serán de vital importancia.

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