Fuentes para el reportaje

Esta es la tercera entrada que hago con respecto al reportaje que haré en un futuro próximo. Toca hablar de las fuentes. Las fuentes en un reportaje científico tienen que ser veraces. Es decir, tienen que tener el cierto peso, como para que el lector se fíe de lo que le estamos contando (deontología aparte, desde el punto de vista más práctico). 

Las publicaciones científicas son las que de mayor veracidad gozan. Sin embargo, tienen un problema: el lenguaje empleado y los conceptos desarrollados suelen ser demasiado específicos. Tanto que si no se tiene una formación previa en la materia (que no es mi caso) no se entiende prácticamente ni la mitad. Es necesaria una alternativa. Otra opción es recurrir a la prensa especializada. Ahí, la recogida de información ya se ha hecho de tal manera que nos asegura un mínimo de rigurosidad y veracidad. Hay casos en los que el increíble aumento de claridad del texto (es mucho más accesible que un paper) compensa con creces la pérdida mínima de veracidad. Se pueden encontrar una gran cantidad de ejemplos (como este) en los que una fuente de información no académica cumple de sobra con los requisitos de veracidad y rigurosidad. Para este trabajo, por lo tanto, una de mis fuentes será The Conversation y/o alguno similar. De esta fuente se puede no solo sacar datos explicados de manera clara y asequible, sino también ideas que aplicar en el propio reportaje. Tal vez de ahí salgan nexos lógicos que no se me hubieran ocurrido antes. 

Emplearé también informes intergubernamentales como el IPCC . Se trata de una fuente altamente fiable dada su metodología (un grupo de expertos internacionales se reúnen para sacar conclusiones claras y vías de acción acerca del problema del cambio climático). Es cierto que, a pesar de tener más veracidad que la fuente anterior, también es menos clara (aunque no al nivel de los papers). Sin embargo, existen ya artículos que explican la resolución dada por el IPCC, de los cuales me puedo valer para completar el reportaje. Se trata de un informe altamente fiable que ofrece información muy valiosa acerca de lo problemático que es el cambio climático y de cómo deberíamos combatirlo.  

Por último, existe la posibilidad de emplear libros escritos por divulgadores, que a su vez serán, por norma general, académicos con una fuerte formación. La escritura de un libro no es tarea sencilla, y el que lo escribe lo hace asegurándose (por norma general, hay excepciones, y lamentablemente más de una), sobre todo en ciencia, de que mantiene ciertos mínimos cubiertos en cuanto a rigurosidad.  En mi caso, utilizaré, entre otros, el libro del grupo de investigadores de la UPNA "Energía sostenible. Sin malo humos", el cual puede ser una fuente muy buena para contextualizar el tema y, aparte, aportar algunos datos. 

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